La primera entrada del blog, viendo la dificultad que tengo para elegir un tema, prefiero dejarla para aquellos que ya dejaron su testimonio en su momento, aquellos que en historia del arte llamamos Fuentes históricas.
Las fuentes son más que una asignatura dentro de una licenciatura de historia del arte, son los cimientos sobre los que se erige toda la historia, la materia prima de la que parten todos los historiadores para poder reconstruirla. Es muy importante que las fuentes sean analizadas, valoradas e interpretadas siguiendo una metodología precisa y coherente. Estas fuentes pueden ser documentos, testimonios u objetos, mas lo bello del arte es que las obras mismas ya constituyen una de las más ricas fuentes que podemos hallar en la historia de la humanidad.
Hoy quiero centrarme en las fuentes de la antigüedad. Algunos de los testimonios literarios que han sobrevivido de esta época nos hablan del arte griego y las obras que se crearon, y que hoy en día nos han llegado en forma de vestigios arqueológicos, los cuales no hubiéramos podido reconstruir sin el testimonio de estas fuentes clásicas.
Quiero aprovechar que este verano viajé a Grecia para mostrar algunos de los rincones que visité, basandome en las fuentes, y, especialmente, en Pausanias (II dC).
Las fuentes son más que una asignatura dentro de una licenciatura de historia del arte, son los cimientos sobre los que se erige toda la historia, la materia prima de la que parten todos los historiadores para poder reconstruirla. Es muy importante que las fuentes sean analizadas, valoradas e interpretadas siguiendo una metodología precisa y coherente. Estas fuentes pueden ser documentos, testimonios u objetos, mas lo bello del arte es que las obras mismas ya constituyen una de las más ricas fuentes que podemos hallar en la historia de la humanidad.
Hoy quiero centrarme en las fuentes de la antigüedad. Algunos de los testimonios literarios que han sobrevivido de esta época nos hablan del arte griego y las obras que se crearon, y que hoy en día nos han llegado en forma de vestigios arqueológicos, los cuales no hubiéramos podido reconstruir sin el testimonio de estas fuentes clásicas.
Quiero aprovechar que este verano viajé a Grecia para mostrar algunos de los rincones que visité, basandome en las fuentes, y, especialmente, en Pausanias (II dC).
Templo de Posidón, Cabo Sunión
“En el continente griego, en dirección a las islas Cícladas y al mar Egeo, destaca Sunion, promontorio del Ática. Al costearlo, se ve un puerto, y en la cima del promontorio un templo”.
(Pausanias, Descripción de Grecia, Libro I, Ática, 1)
Parthenon, Acrópolis de Atenas
“Respecto al templo que llaman Partenón, todo lo que hay representado en el frontón de la entrada tiene que ver con el nacimiento de Atenas, y en el de detrás con la disputa del Posidón y Atenea por la presión del lugar”.
(Pausanias, Descripción de Grecia, Libro I, Ática, 24)
Templo de Apolo, Delos
"Soy yo de Zeus el hijo, de ser Apolo me ufano, y a vosotros os traje aquí sobre el profundo piélago del mar no con perversos pensamientos, sino porqué aquí mi rico templo custodiéis, por todos los hombres muy honrado"
(Himno de Apolo de los Himnos homéricos, s. VI aC, aprox.)
Templo Niké, Acrópolis de Atenas
"A la derecha de los Propileos hay un templo de Nike Áptera. Desde allí es plenamente visible el mar, y allí se arrojó Egeo y murió, según dicen". (Pausanias, Descripción de Grecia, Libro I, Ática, 22-24)
Puerta de los Leones, Micenas
"[...] quedan todavía partes de la muralla y la puerta sobre la que están unos leones. Dicen que ésta es obra de los Cíclopes, que construyeron la muralla de Tirinte para Preto".
(Pausanias, Descripción de Grecia, Libro II, Corinto y Argólida)
Hermes de Praxíteles (360 aC, Olimpia)
"La naturaleza nos dio mármol en abundancia con el que se hicieron (...) estatuas dignas de la majestad de los dioses".
(Jenofonte)
Teatro de Epidauro, Argólida
"Los monumentos poseían una grandeza imponente, una belleza y una gracia inimitables; los artistas se esforzaban al máximo por superarse en la perfección técnica del trabajo, pero lo más admirable fue la rapidez de la ejecución".
(Plutarco)
